El consejo, la habilidad y experiencia real de un cirujano en el proceso de implantación coclear es fundamental para llevar a cabo una cirugía cuidadosa. El Dr. Polo explica sus técnicas.

“La valoración preoperatoria con pruebas de imagen es muy importante, especialmente de la cóclea”.

“Es fundamental poder valorar la anatomía de la cóclea o caracol y la posición de la ventana redonda”.

Una conversación con el Doctor Rubén Polo López, jefe de Sección de Otología y Base de Cráneo Lateral del Servicio de ORL del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid

¿Por qué es tan importante la valoración preoperatoria con pruebas de imagen, fundamentalmente con un escáner de oídos?

Porque nos permite valorar muy bien el promontorio, que es la impronta de la cóclea en el oído medio. Es muy importante poder valorar la anatomía de la cóclea, descartando malformaciones, y la posición de la membrana de la ventana redonda, que habitualmente es por donde realizamos las inserciones de los electrodos.

¿Qué pasos son los mejores a seguir para conseguir una cirugía atraumática?

Disponemos de guías de cirugía atraumática, diseñadas hace unos años. Inicialmente, debemos ser muy cuidadosos con las incisiones de la piel, porque debemos evitar futuras ulceraciones sobre la zona del procesador. De igual manera, con el acceso a la parte por donde se va a realizar la implantación del haz de electrodos. Yo utilizo un abordaje, para la mayoría de los implantes, que se denomina timpanotomía posterior.

¿Qué consejos daría a los profesionales para realizar una timpanotomía posterior adecuada?

Tener un buen conocimiento de la anatomía antes de embarcarse en esta cirugía. La entrada es por un espacio muy pequeño entre el nervio facial y la cuerda del tímpano –nervio que se encarga de recoger la sensibilidad gustativa de parte de la lengua- y hay que ser muy cuidadoso con esa zona para evitar lesionarlos.

¿Qué consejos daría para un fresado lo más atraumático posible en la zona de la cóclea?

Hay que utilizar fresas diamantadas, evitando las de superficie cortante. Usamos bajas revoluciones y fresamos el anillo óseo que tapa la ventana redonda hasta exponerla en su totalidad. Posteriormente usamos corticoides para reducir la inflamación que produce la inserción de los electrodos. Finalmente, hacemos una apertura muy delicada de la membrana  y, sobre todo, una inserción muy lenta y cuidadosa.

¿Cómo podemos facilitar la inserción del electrodo? ¿Qué trucos propone para los cirujanos de implante coclear?

Las guías de electrodos son muy flexibles, y por este motivo pueden dificultar, en algunos momentos, la inserción: cogemos el haz de electrodos por la parte que está protegida con silicona y lo abocamos al orificio de entrada, que es lo más complicado. Con una mano, cogemos el electrodo y con la otra solemos usar un instrumento como un aspirador o una horquilla para apoyar el electrodo y que no se doble. En el momento en que lo tenemos abocado al orificio, la inserción se facilita bastante.

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